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10 Entonces Samuel tomó una redoma de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó en la mejilla y le dijo:

―Hago esto porque el Señor te ha señalado para que seas el rey de su pueblo, de Israel. Cuando te hayas ido de aquí, verás a dos hombres junto a la tumba de Raquel en Selsa, en la tierra de Benjamín. Ellos te dirán que ya aparecieron las burras y que tu padre está preocupado por ti y no cesa de preguntar: “¿Cómo podré encontrar a mi hijo?”.

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